Pluna. El caso puso a prueba al gobierno, en el mes y medio posterior a la subasta
Uno de los primeros aviones de Pluna, en el Museo Aeronáutico, que será trasladado de la zona del Cilindro (lunes 5)
Los problemas con la aerolínea de bandera comenzaron hace años. Gobiernos de casi todos los pelos políticos tuvieron dolores de cabeza con Pluna, pero para la administración de José Mujica fue un martirio, que se disparó desde la decisión de cerrarla, el 5 de julio.
El camino elegido del remate extrajudicial era visto como el más conveniente por su transparencia y rapidez, pero terminó siendo un problema con derivaciones insospechadas, que demandó horas de sueño a integrantes del gobierno y dio elementos para que la oposición lance sus críticas. Todo eso, además, puso a prueba al segundo gobierno de izquierda, que en su primera administración había acordado con privados la asociación de la empresa. Lo puso a prueba en su capacidad de respuesta política y de gestión técnica en un tema de difícil abordaje. En esa dinámica, se le presentaron inconvenientes de todo tipo, algunos que parecen simples detalles pero que, en el fondo, suman elementos a la larga novela que todavía no tiene fin. Además, la estrategia de comunicación del gobierno para el caso tuvo cambios sobre la marcha, aunque mantuvo la reserva que alimentaba las suspicacias: se hablaba de transparencia pero no se permitía preguntar en las conferencias.
Las reacciones tras la foto
Como pocas veces sucede, una imagen, sus protagonistas, los gestos, el lugar, la coyuntura y la sorpresa generada, agregó información a un caso del que poco se sabía hasta el momento. La foto del almuerzo secreto en Lindolfo entre Lorenzo, López Mena, su hijo Juan Patricio, Hernán Calvo y Gabriel Papa, publicada en la edición del jueves 4 de octubre de El Observador, pero sobre todos sus reacciones y justificaciones en el gobierno, fueron un paso en falso. Ni bien apareció en la tapa del diario, los trabajadores estallaron de bronca y las justificaciones de figuras del gobierno y el Frente Amplio generaron también rechazo. El director de Secretaría del Ministerio de Economía y Finanzas, Pedro Apezteguía, consideró “increíble” que “anden fotógrafos sacando fotos por ahí”. El ministro de Economía, Fernando Lorenzo, se había negado a ser fotografiado. “Fotos no”, le dijo al fotógrafo. En el Senado, haciendo caso al asesoramiento de sus colaboradores más cercanos, intentó explicar que esa actitud la repite, incluso en su familia. Dijo que hasta en los cumpleaños repite “fotos no”. Ello fue asumido como una patinada en el gobierno, según explicaron a El Observador jerarcas cercanos a Lorenzo.
“Ayrton” y los nombres de Calvo
Al otro día de publicada la foto del almuerzo secreto entre López Mena y el ministro Lorenzo, radio El Espectador informó que el representante de Cosmo había utilizado su segundo nombre y segundo apellido para participar de la subasta y que, en realidad, su nombre completo es Hernán Antonio Calvo Sánchez. La maniobra generó más dudas y enturbió el caso, porque a partir de ello se supo del vínculo con el dueño de Buquebús. Ese mismo día de visita por Rivera, el ministro de Transporte, Enrique Pintado, comparó la situación del uso del segundo nombre con el futbolista brasileño Pelé, pero en vez de recordar su nombre real (Edson), lo bautizó como “Ayrton”.
El cuento del tío en Torre Ejecutiva
El gobierno se propuso recibir todas las propuestas de privados para recuperar la conectividad aérea tras el cierre de Pluna. Desfilaron por las oficinas del Poder Ejecutivo diversos empresarios, pero uno puso a prueba los filtros. Un grupo de personas llegaron a Torre Ejecutiva diciendo ser del grupo español Mondragón. Resultaron ser unos impostores. Habiendo desconfiado, dos jerarcas de Presidencia llamaron a España y se sacaron las dudas. Cuentan desde el gobierno que los mentirosos presentaron tarjetas personales corregidas con lapicera.
Llamadas a Calloia previo a la subasta
Ante una consulta del senador blanco Jorge Larrañaga en la interpelación del 29 de octubre, el ministro de Economía Fernando Lorenzo admitió haber llamado por teléfono al presidente del Banco República, Fernando Calloia, horas antes del comienzo de la subasta de los aviones de Pluna, interesado en las condiciones para dar el aval por US$13,6 millones a Cosmo. La confesión sorprendió a todos en el Parlamento, y también al equipo del gobierno que trabajó en el tema desde el comienzo. Esa declaración no estaba acordada, y luego, en la intimidad, fue también advertido como un paso en falso. Se entendió que ello daba argumentos a la oposición para cuestionar el aval.
La no compra del boleto de reserva
Impulsado por el equipo de asesores del ministro Lorenzo, el gobierno dudó en comprar el boleto de reserva a Cosmo y no ejecutar el aval bancario de la compañía española. El principal argumento era la amenaza de juicio planteado por quien ofertó US$137 millones , por considerar que no se generaron las garantías necesarias luego del remate. Esa convicción llegó al vicepresidente Danilo Astori a apoyar una moción del Senado adonde sugería al gobierno adquirir el derecho a compra, aunque haya estado en contra desde el principio. Tal fue el caso que el último día de plazo que tenía Cosmo para confimar su compra, el 31 de octubre, el presidente José Mujica ordenó a Pluna Ente Autónomo comprar el boleto. Luego de reuniones con jerarcas del gobierno y sus colaboradoras más íntimos, el presidente se convenció de lo contrario y dio la contraorden. El gobierno hubera pagado un costo alto en caso de comprar el boleto. Sin embargo, y aunque no estaba convencido, el que pagó los platos rotos fue Astori y su grupo.
El brindis de los amigos que no fue
Las heridas por el manejo desprolijo de la crisis tras el cierre de Pluna no habían sanado, cuando al director de Casinos, y dirigente del Nuevo Espacio, Javier Cha, se le ocurrió, junto con otros compañeros de sector, organizar un brindis de agasajo y respaldo a los ministros Lorenzo y Pintado. El evento iba a ser celebrado en el hipódromo de Maroñas, y estaban invitados dirigentes del Frente Amplio, legisladores, empresarios y deportistas, pero luego de la polémica pública generada tras la divulgación del acontecimiento, se canceló a pedido de Lorenzo. La decisión, según pudo saber El Observador, no fue fácil de asumir por Lorenzo, quien tuvo que ser convencido por otros colegas del gobierno en largas charlas personales. |
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