viernes, 14 de junio de 2013

Diez policías bajo la lupa por crimen

Con el foco sobre un excomisario como principal sospechoso, la Justicia sigue indagando la muerte de una mujer. Casi una decena de policías son investigados dos por su posible intervención como encubridores. Todos están libres y emplazados.
El comisario retirado sobre el que recaen sospechas por la muerte de su esposa. Foto: Freddy Fernandez


Rivera | Freddy Fernández
Transcurridas más de 24 horas del deceso de Rita Viera da Cunha, el caso mantiene la carátula de "muerte dudosa".
La Justicia entiende que faltó de colaboración "por parte de los policías intervinientes", lo que sumado a la aparición del arma, en la morgue junto al cuerpo, dan al episodio un aura de misterio.
Anoche, a las 22.20 horas, la jueza Letrada de 2° Turno, Adriana Morosini, dispuso la libertad de todos los indagados, pero quedaron emplazados, debido a que se realizarán nuevas pericias por parte de la Policía Técnica Nacional, que permitirán aclarar aspectos del caso.
En el ambiente policial muchos temen, que si la jueza "no logra arrancar a los policías datos concretos que conduzcan a esclarecer las circunstancias que rodearon la muerte" termine procesando a todos. Tal lo que ocurrió tiempo atrás en el episodio suscitado tras un intento de fuga en el que terminó muriendo un recluso, suceso que en la jerga judicial y policial se conoce como "el caso Castaño". En aquella ocasión, fueron procesados 14 uniformados. Ahora "está en capilla" un turno completo de la seccional novena. Los demorados son el comisario, un sargento, la telefonista y cuatro agentes más. La sensación de incertidumbre es tal, que la sargento (retirada) Marta Martínez, expresidenta local del sindicato policial, al analizar el tema dijo a El País: "Lo que molesta es que por incapacidad, o una acción mala de unos pocos, otra vez toda la Policía de Rivera está bajo sospecha", sentenció.
La exfuncionaria policial no ocultó su enojo, al constatar que mientras los policías, ingresaban y salían del juzgado esposados, al comisario de la seccional lo sacaron sin esposas. La dirigente sindical se acercó a uno de los subcomisarios que estaba haciendo el traslado y le preguntó voz en cuello: "¿Por qué el comisario recibe un trato diferente? ¿Ha recuperado la libertad o sigue al igual que todos, detenido e incomunicado?".
La respuesta del oficial interpelado apenas perceptible, fue: "Todos guardan situación".
El excomisario W.B., principal sospechoso en la muerte de su esposa, había pasado a retiro hacía más de un año. Había revistado en la Jefatura de Policía de Cerro Largo, en consecuencia, allí debió haber entregado el arma de reglamento, cosa que no hizo. De esa arma partió el disparo que dio muerte a la mujer.
Fuentes de la investigación señalaron que el hombre demoró por lo menos tres horas en comunicar a las autoridades el deceso de su compañera. Cuando dio cuenta a la seccional dijo que la había encontrado sin vida, y que no había encontrado el arma.
Cuando llegaron los policías, la víctima yacía sin vida, con un disparo en el tórax, en una habitación al fondo de la vivienda.
Como suele ocurrir en estos casos, la Policía Técnica hizo su trabajo y se procedió al traslado del cuerpo hacia la morgue.
Pero cuando el forense llegó al lugar, junto al cadáver apareció el arma -según una versión primaria-, estaba amartillada y pronta para efectuar otro disparo. Resta determinar quién colocó el arma junto a la víctima, así como con qué intenciones lo hizo y en qué momento. Del mismo modo, las pericias forenses deberán determinar si el disparo se corresponde o no con una autoeliminación.

Investigación

Ayer, en horas de la mañana, un equipo de Policía Técnica procedente de Montevideo, concurrió primero a la morgue judicial y luego a la finca donde residía la pareja, en barrio Parque la Pedrera, en inmediaciones del empalme de rutas 5 y 27, entrada sur de la capital departamental.
Al cabo de casi dos horas de investigación en el interior de la finca, los peritos se retiraron, sin haber recabado mayores datos, por tanto, el episodio se calificaba como "muerte dudosa". La jueza recabó más tarde el informe de Policía Técnica de Rivera y de Montevideo. Además, indagó a vecinos, tratando de determinar cuál era el nivel de relacionamiento entre los cónyuges, en virtud de comentarios sobre presunta violencia doméstica. Sin embargo, no hay ningún registro, ni en la seccional, ni tampoco en la Unidad Especializada en Violencia Doméstica de Jefatura.

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Dieguito.