Con el foco sobre un excomisario como principal sospechoso, la Justicia
sigue indagando la muerte de una mujer. Casi una decena de policías son
investigados dos por su posible intervención como encubridores. Todos
están libres y emplazados.
Rivera | Freddy Fernández
Transcurridas más de 24 horas del deceso de Rita Viera da Cunha, el caso mantiene la carátula de "muerte dudosa".
La Justicia entiende que faltó de colaboración "por
parte de los policías intervinientes", lo que sumado a la aparición del
arma, en la morgue junto al cuerpo, dan al episodio un aura de misterio.
Anoche, a las 22.20 horas, la jueza Letrada de 2°
Turno, Adriana Morosini, dispuso la libertad de todos los indagados,
pero quedaron emplazados, debido a que se realizarán nuevas pericias por
parte de la Policía Técnica Nacional, que permitirán aclarar aspectos
del caso.
En el ambiente policial muchos temen, que si la jueza
"no logra arrancar a los policías datos concretos que conduzcan a
esclarecer las circunstancias que rodearon la muerte" termine procesando
a todos. Tal lo que ocurrió tiempo atrás en el episodio suscitado tras
un intento de fuga en el que terminó muriendo un recluso, suceso que en
la jerga judicial y policial se conoce como "el caso Castaño". En
aquella ocasión, fueron procesados 14 uniformados. Ahora "está en
capilla" un turno completo de la seccional novena. Los demorados son el
comisario, un sargento, la telefonista y cuatro agentes más. La
sensación de incertidumbre es tal, que la sargento (retirada) Marta
Martínez, expresidenta local del sindicato policial, al analizar el tema
dijo a El País: "Lo que molesta es que por incapacidad, o una acción
mala de unos pocos, otra vez toda la Policía de Rivera está bajo
sospecha", sentenció.
La exfuncionaria policial no ocultó su enojo, al
constatar que mientras los policías, ingresaban y salían del juzgado
esposados, al comisario de la seccional lo sacaron sin esposas. La
dirigente sindical se acercó a uno de los subcomisarios que estaba
haciendo el traslado y le preguntó voz en cuello: "¿Por qué el comisario
recibe un trato diferente? ¿Ha recuperado la libertad o sigue al igual
que todos, detenido e incomunicado?".
La respuesta del oficial interpelado apenas perceptible, fue: "Todos guardan situación".
El excomisario W.B., principal sospechoso en la
muerte de su esposa, había pasado a retiro hacía más de un año. Había
revistado en la Jefatura de Policía de Cerro Largo, en consecuencia,
allí debió haber entregado el arma de reglamento, cosa que no hizo. De
esa arma partió el disparo que dio muerte a la mujer.
Fuentes de la investigación señalaron que el hombre
demoró por lo menos tres horas en comunicar a las autoridades el deceso
de su compañera. Cuando dio cuenta a la seccional dijo que la había
encontrado sin vida, y que no había encontrado el arma.
Cuando llegaron los policías, la víctima yacía sin vida, con un disparo en el tórax, en una habitación al fondo de la vivienda.
Como suele ocurrir en estos casos, la Policía Técnica hizo su trabajo y se procedió al traslado del cuerpo hacia la morgue.
Pero cuando el forense llegó al lugar, junto al
cadáver apareció el arma -según una versión primaria-, estaba
amartillada y pronta para efectuar otro disparo. Resta determinar quién
colocó el arma junto a la víctima, así como con qué intenciones lo hizo y
en qué momento. Del mismo modo, las pericias forenses deberán
determinar si el disparo se corresponde o no con una autoeliminación.
Investigación
Ayer, en horas de la mañana, un equipo de Policía
Técnica procedente de Montevideo, concurrió primero a la morgue
judicial y luego a la finca donde residía la pareja, en barrio Parque la
Pedrera, en inmediaciones del empalme de rutas 5 y 27, entrada sur de
la capital departamental.
Al cabo de casi dos horas de investigación en el
interior de la finca, los peritos se retiraron, sin haber recabado
mayores datos, por tanto, el episodio se calificaba como "muerte
dudosa". La jueza recabó más tarde el informe de Policía Técnica de
Rivera y de Montevideo. Además, indagó a vecinos, tratando de determinar
cuál era el nivel de relacionamiento entre los cónyuges, en virtud de
comentarios sobre presunta violencia doméstica. Sin embargo, no hay
ningún registro, ni en la seccional, ni tampoco en la Unidad
Especializada en Violencia Doméstica de Jefatura.
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