Caso de Analía Soledad. Una prueba de ADN definirá sobre el sospechoso
Una prueba de ADN definirá sobre el sospechoso.
FRAY BENTOS | DANIEL ROJAS
Alejandra Perdomo, madre de Analía Soledad, la joven violada y asesinada en Fray Bentos, no encuentra consuelo por lo ocurrido. Ni el procesamiento con prisión de dos individuos alivia el sufrimiento de la pérdida. Expectativa por una prueba clave.
"Siento que el odio es más grande que el dolor. Nadie tuvo piedad con Analía y no pararé hasta encontrar a todos los responsables" dijo a El País la madre destrozada.
Los antecedentes de una relación traumática lleva a la familia a sostener que el exnovio también está implicado y que existen personas que saben del caso, pero no hablan por temor.
Ya nada será igual en la casa 33 del barrio Anglo. Alejandra comparte sus días con su hermano Daniel, su madre Elsa y sus hijos adolescentes Ruben (18), Emanuel (15), Noelia (14) y Esteban (12). Además está Luciano, su nieto de un año y dos meses que era "los ojos de su tía Analía".
"Él tenía locura con su tía. La primera palabra que pronunció fue Ana", dice refiriéndose a Luciano, mientras el niño entra y sale de la casa con un retrato de la joven.
Los días pasan, las pruebas solicitadas al Instituto Técnico Forense (ITF) y a la Policía Científica no llegan, por lo tanto el tercer sospechoso sigue libre. Para colmo de males, la familia de los imputados y el sospechoso viven en el mismo barrio Anglo, a solo algunas cuadras de distancia.
RELACIÓN. La abuela Elsa Pérez y la madre de Analía, contaron en una extensa conversación con El País, que la adolescente vivió un tormentoso noviazgo cargado de agresiones físicas y psicológicas.
"Analía comenzó a sufrir desmayos y crisis de pánico que la desorientaban por completo. Daba la casualidad que siempre se desvanecía en la casa del novio", dice la madre.
La llevaron a consulta médica y le practicaron varios estudios, incluida una serie de tomografías. Los médicos no encontraron nada.
Después que se pelearon definitivamente, transcurrió un mes y medio sin pasar por esos episodios, "pero una noche cuando compartía una cena con sus amigas, el novio apareció, le pegó y volvió a desmayarse. A los dos días le pasa lo mismo en la calle y la llevan al hospital. Cuando veo que tenía moretones en la cara y en los brazos, le pregunto si se había golpeado contra el pavimento. Es ahí que un poco sedada por los calmantes reconoce por primera vez que su expareja la castigaba", indicó Alejandra.
DENUNCIA. Por lo traumático de la relación, la madre apunta directamente como responsable del trágico final a quien fue el novio de su hija por dos años.
"Cuando entré a la morgue a reconocer el cuerpo sentí en mi corazón que fue él", expresa sin titubear la madre de la víctima y recuerda que desde el mes de julio cuando se dejaron, "él la perseguía, la molestaba y llegó a amenazarla con que le haría daño a toda nuestra familia".
"Me llegó a decir que la iba a dejar en silla de ruedas, que la iba a matar, por eso radicamos la denuncia en Seccional Primera de Policía", dice.
Fuentes policiales indicaron a El País que la denuncia fue radicada el 15 de agosto y tras cumplir las actuaciones pertinentes el caso se elevó a la Justicia como corresponde en estas circunstancias.
En la sede penal "dispusieron que se tomara declaración a Analía y que pasara a revisión de forense. Ella pidió que al novio se le prohibiera acercarse. Hasta ahora estamos esperando la audiencia", dijo Alejandra mirando al piso con impotencia y amargura.
Tres meses después a Analía la violaron y la mataron. La Justicia pudo determinar la participación de dos individuos que ya están en la cárcel y espera evidencia científica para resolver sobre el exnovio mientras continúa indagando otras personas. Ayer por la mañana uno de ellos intentó autoeliminarse y tuvo que ser atendido en el hospital local.
DUDAS Y CERTEZAS. Cuando un pescador encontró por la mañana del viernes 30 de noviembre el cuerpo flotando a orillas del río Uruguay, en principio se pensó que se trataba de un suicidio.
Pero la familia empezó a encontrar una serie de elementos que fueron transmitidos a los investigadores de Prefectura.
"Les pedimos que busquen pruebas rápido porque ella no se tiró", explicó Alejandra.
El tío, que conoce la zona al dedillo, les hizo ver que durante esos días el río estaba bajo y si la joven se hubiera arrojado desde una altura de 15 metros, el cuerpo tendría que haber caído sobre la roca y no en el agua como fue hallada.
La madre notó además que la ropa que vestía estaba prácticamente intacta y que de haberse lanzado en el barranco cargado de ramas y espinas tendría que haberse notado en su vestimenta.
Además preguntó: "¿Cuántas fracturas tiene?" A lo que le respondieron: "Solo la rodilla dislocada". Algo impensado para una caída desde esa altura.
Alejandra Perdomo cree que a su hija la violaron y asesinaron en la barranca. La golpearon y le cortaron la garganta, la tiraron al agua y murió debido a asfixia por sumersión.
La familia aclara que Analía le temía a la oscuridad. "A esa zona contra el río no iba durante el día y menos por la noche", dice su abuela Elsa Pérez, convencida de que la llevaron "engañada" por alguien a quien ella tenía confianza o bien "la golpearon, la desmayaron y la llevaron en moto como tantas veces ocurrió cuando se desvanecía". Ahora la Justicia deberá responder los interrogantes.
Las pruebas que están analizando
El vocero de la Suprema Corte de Justicia, Raúl Oxandabarat, informó que los dos procesados "admitieron haber estado en la escena del crimen, aunque negaron haber matado a la víctima y reconocieron haber mantenido relacio-nes sexuales con ella", explicó.
Oxandabarat indicó que los testimonios de los dos individuos procesados "vinculan al ex-novio de la víc-tima. Expresan que estuvo involucrado, participó del hecho porque es quien de alguna forma le facilita el acceso a la víctima. El problema es que ahí hay algunas cuestiones que no cierran en materia probatoria, como es el caso de mensajes que dicen haberse enviado. La jueza solicitó ampliar el cruce de llamadas existentes entre los chips de celulares incautados", indicó el vocero de la Suprema Corte.
En el expediente existe lo que se denomina diligencia probatoria pendiente.
Uno de los elementos vitales en la investigación es procurar identificar rastros de ADN en el acto de abuso sexual que permitirá identificar a los implicados.
"Estas son pruebas infalibles, por lo que quiero expresar que aquí no hay nada terminado y que el auto de procesamiento puede alcanzar a otras personas", informó Oxandabarat.
Los análisis de ADN en base a muestras de semen suelen constituir procesos complejos, que demandan una semana o más.
El País Digital
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