Argentina: el día después. El gobierno reaccionó con cautela tras las movilizaciones masivas del jueves. La presidenta entre la alarma y la actitud de quien cree que "aquí no ha pasado nada"
La presidenta de Argentina aceptó que "no tenemos que pensar todos lo mismo, lo que más enriquece es poder incluir y poder convivir". Pero, a su entender, "el verdadero problema es la falta de una dirigencia política que represente un mode-lo alternativo. De eso no podemos hacernos cargo. Nosotros creemos en el nuestro. Que se encarguen los que no creen en el nuestro en hacer el suyo".
Los participantes del cacerolazo se quejaron principalmente de la inseguridad, la inflación disimulada, el deterioro de algunas instituciones como la justicia, la soberbia del gobierno ante las críticas y los intentos de sectores oficialistas de lograr una eventual reforma de la Constitución para que Fernández pueda optar a una segunda reelección consecutiva, ahora prohibida.
BUENOS AIRES | ANSA, AP Y LA NACIÓN/GDA
La presidenta argentina admitió "equivocaciones" pero sostuvo que no hay alternativas creíbles a su gobierno, fustigó a los medios de comunicación opositores y dijo que el jueves 8 ocurrió algo importante: "el congreso del Partido Comunista chino".
La presidenta argentina, Cristina Fernández, defendió la acción de su gobierno un día después de una masiva protesta opositora y admitió que cometió "muchos errores, equivocaciones y defectos" y "es porque nos pasamos laburando (trabajando) todo el día, las 24 horas, los 365 días del año".
Las protestas en Buenos Aires y en decenas de ciudades del país fueron masivas, coincidieron analistas. Cientos de miles de personas salieron a las calles de forma pacífica, sin ser movilizadas por la oposición sino a través de las redes sociales de Internet, en lo que constituyó el segundo "cacerolazo" en menos de dos meses. El primero, con una concurrencia menor, fue el 13 de septiembre.
La presidenta de Argentina aceptó que "no tenemos que pensar todos lo mismo, lo que más enriquece es poder incluir y poder convivir". Pero, a su entender, "el verdadero problema es la falta de una dirigencia política que represente un mode-lo alternativo. De eso no podemos hacernos cargo. Nosotros creemos en el nuestro. Que se encarguen los que no creen en el nuestro en hacer el suyo".
Cristina Fernández no evitó sus habituales ironías. "Ayer (por el jueves) ocurrió algo muy importante: el congreso del Partido Comunista chino", dijo en un acto en la Casa de Gobierno. También fustigó a los medios de comunicación opositores, un "formidable aparato cultural para que los argentinos tengan una idea distorsionada de su propio país". Y señaló: "Si escuchás a uno o dos, no estás eligiendo un cazzo". Y exclamó, en referencia a las protestas por el estricto control del cambio de moneda extranjera: "¡Tanto lío con el turismo y los viajes!".
MISTERIO. Diversos analistas y políticos exigieron ayer a la mandataria que escuche los reclamos de la gente y aborde la resolución de los problemas. "La reacción de Cristina (Fernández) ahora es la pregunta del millón. Históricamente con estos problemas se ha recluido y reaparece como un `aquí no ha pasado nada`", dijo Ignacio Fidanza, director del portal de análisis Lapolíticaonline.com, quien calificó de "autista" la conducta de la presidenta.
Sin embargo el senador oficialista Aníbal Fernández, uno de los portavoces del gobierno, dijo que no logró comprender hacia dónde va el mensaje de los cientos de miles de personas que participaron en el cacerolazo y aseguró que no "le quita el sueño" la manifestación.
Días atrás, el legislador había dicho sobre la convocatoria a través de las redes sociales que los manifestantes pertenecían a la "ultraderecha rancia".
El filósofo Ricardo Forster, muy cercano al oficialismo, afirmó a su vez que se expresó un "volumen interesante" aunque no "histórico" de personas y que se trató de un sector "electoralmente minoritario" que "no sabe lo que quiere" para el país.
PRINCIPALES RECLAMOS
INSEGURIDAD
La falta de seguridad fue uno de los temas centrales de las protestas. La escasez de policías en las calles y los secuestros y robos fueron motivos de queja de la multitud.
INFLACIÓN Y "CEPO"
Los frenos para comprar moneda extranjera se suman a la baja del poder de compra en los reclamos de la clase media y media alta.
REELECCIÓN
"No a la re-reelección", se leía en las pancartas. Los manifestantes se adelantan y rechazan algo que hasta el momento no está contemplado por la ley.
LEY DE MEDIOS
La norma de regulación a los medios de comunicación es otra de las banderas de la protesta del 8-N, que advirtió sobre el riesgo de censura por parte del gobierno.
EDUCACIÓN Y SALUD
El estado de los servicios sociales no faltó en las protestas. Transporte, educación y salud fueron las consignas más reiteradas.
CORRUPCIÓN
Si bien originalmente no se citaron consignas partidarias, las críticas incluyeron acusaciones de corrupción contra integrantes del gobierno.
El País Digital
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